Un artículo de Moises Romero
http://es.investing.com/analysis/%22no-podemos-competir-con-las-m%C3%A1quinas.-cerramos-el-chiringuito%22-379118viene a corroborar lo que comentaba yo en este hilo hace horas:
"La perversión de un mercado, con reglas de Casino y jugadores de alto riesgo, la encontramos, también, en los primeros días de 2016. La violencia a la hora de volver a montar posiciones cortas ha sido directamente proporcional al frenesí con que se produjeron las compras a crédito y los correspondientes préstamos de valores hace unas semanas".
"Y esto nos conduce, de manera irreversible, al abandono de asientos y sillones de los inversores finales. No es la primera vez, ni será la última, que esto sucede. Ya hemos visto muchos episodios de esta índole en los últimos veinte años. Sólo una posición constante del dinero del inversor final, institucional o privado, puede acaban con estas componendas..."
"Sucede, empero, que en la Bolsa actual el más tonto hace relojes de madera. Sucede que todos los bancos cuentan con departamentos especializados en contratación de alta frecuencia. También hay inversores privados que han comprado ordenadores ad hoc, que hacen sus pinitos y que pierden la camisa, los pantalones y mucho más en esta misteriosa tarea...".
"Hace tiempo que la Bolsa actual es un tejemaneje de unos cuantos y de otras tantas máquinas enchufadas al Sistema, porque el inversor final no ha existido, atrapado como está, por las garras de la Crisis. El inversor final, que dispone de liquidez, aún tiene miedo. Otros inversores finales están atrapados a precios sensiblemente más elevados que los actuales y no tienen capacidad de reacción: sólo le queda rezar o dejar las acciones de herencia a sus nietos...".
"Por último, el inversor final metódico y riguroso, el inversor final de siempre, no entiende la forma de actuar de los mercados en la actualidad y como no entiende ni sabe, prefiere permanecer al margen. Una Bolsa, en manos de unas cuantas máquinas manejadas por licenciados, que no han cumplido aún los 30 años. Máquinas que hacen trading minuto a minuto, segundo a segundo. Lo hemos visto en los últimos años de manera recurrente cuando los índices pasaron del infierno al cielo en un par de horas. Y todo según interpretaban las máquinas los nuevos mensajes, renovadas especulaciones, sobre este o aquel rumor...".
"No podemos competir con las máquinas. Cerramos el chiringuito"