En manos de las maquinitas, en campo de minas, donde la mayor parte de las posiciones son ficticias para condicionar la voluntad del inversor humano.
Sigue la labor de zappa de los cortos, con los autómatas en plan gota malaya.
Mientras no haya manos fuertes y constantes entrando y no para acumular, no hay nada que hacer. Estamos en manos de los OSOS