INFORME OFICIAL CON DATOS DE FINALES DE 2013[h=1]Industria señala a Endesa: cuatro millones de contadores instalados, pero ninguno sirve[/h]
José Antonio NavasTwitter de José Antonio NavasJosé Antonio NavasEnviar correo a José Antonio Navas11AA
El Ministerio de Industria guarda como si fuera un informe clasificado los datos técnicos de la investigación realizada por la
Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) sobre los nuevos contadores inteligentes, que son fundamentales para abaratar el recibo de la luz.
La nueva metodología de precios eléctricos adoptada por el Gobierno, que entrará
en vigor a partir del 1 de julio, permite ajustar los consumos a conveniencia de cada cliente, pero para ello es fundamental que las empresas cubran el parque total de los nuevos equipos de medida.
El retraso en la implantación y adecuación de los contadores electrónicos ha sido denunciado en repetidas ocasiones desde altas instancias oficiales, aunque hasta ahora no se conocía ningún detalle concreto sobre las cifras que manejan los responsables de la política energética en España. El estudio que está sobre la mesa de trabajo del ministro
José Manuel Soria señala que
a fecha de 31 de diciembre de 2013 sólo se habían instalado 7.910.569 equipos con capacidad de telemedida y telegestión. Este número representa
menos de un tercio de los 27.840.569 clientes con potencia contratada de hasta 15 kW y que son susceptibles de disponer de dichos contadores en España.
El problema de fondo reside además en la incapacidad del sistema operativo que alimenta a todas estas máquinas porque gran parte de ellas no están integradas todavía en los sistemas de telegestión. A mayor abundamiento y, lo que es mucho peor,
la mayoría de los contadores ni siquiera están preparados para una lectura remota de los registros horarios. Dicho en otras palabras, la posibilidad de que las empresas puedan facturar adecuadamente los consumos de sus clientes se convierte en una quimera a sólo dos meses vista de la entrada en funcionamiento del flamante sistema de fijación de precios.
Las comercializadoras de referencia y sus contadoresEl desglose por empresas señala el grave problema que representa
Endesa como empresa líder del sector. La filial de la italiana Enel cuenta con un total de
11.522.400 clientes, a los que ya ha colocado
4.086.727 contadores, lo que supone una cobertura del 35,47%. Eso sí, según la información en poder del Ministerio de Industria, la propia compañía reconoce que sus contadores no contemplan la lectura a distancia: “Es como si tuviéramos
un Ferrari que funcionara a pedales y sólo sirviera para arar los campos’, aseguran con cierta sorna en medios gubernamentales.
José Manuel Soria, ministro de Industria. (Efe)Del resto de las cinco grandes comercializadoras de referencia sólo
Iberdrola e
Hidrocantábrico afirman que sus equipos están en plenas condiciones operativas. El grupo que preside
Ignacio Galán tiene instalados
2.019.813 contadores, que representan solamente un 19,32% de su parque total, equivalente a
10.455.771 clientes.
La filial española de la portuguesa EDP registra a su vez
227.118 equipos de medida que suponen el 35,57% de su mercado potencial, establecido en
638.544 clientes.
Unión Fenosa, dependiente de Gas Natural, muestra un nivel de instalación del 21,64%; en concreto, ha puesto
772.916 contadores sobre un parque de
3.571.857 clientes. Por último,
E.ON cuenta con
426.269 contadores que cubren hasta el 90,11% de todo su mercado, estimado en
503.335 clientes. En el caso de estas dos compañías, la capacidad de lectura a distancia resulta más difícil de precisar porque curiosamente la respuesta a la pregunta que formula la CNMC no es ni ‘sí’ ni ‘no’. Lisa y llanamente, es una cuestión que, según el informe oficial, está “en proceso”.
El lado oscuro del recibo de la luzTodas estas carencias hacen realmente complicado que la nueva metodología de la tarifa eléctrica pueda alcanzar el grado de eficacia que el Gobierno pretende conseguir tras
la eliminación de las célebres subastas de la energía.
El Ministerio de Industria trabaja a salto de mata, tratando de evitar los tropezones de un sistema que va a ser lanzado al mercado sin haber culminado siquiera una primera fase de rodaje.
La precipitación se evidencia también en
la reciente resolución ministerial del pasado 30 de mayo que establece el contenido mínimo y el modelo de la factura de electricidad. El Gobierno ha extendido al máximo los requerimientos de información a las comercializadoras, pero
los detalles elementales de la lectura real por horas de consumo y la consiguiente verificación del importe a pagar
brillan por su ausencia en el nuevo recibo de la luz.
Contadores de la luz. (Efe)La estructura de las nuevas facturas no resuelve la garantía de comprobación de aquellos clientes que deseen ‘ponerse las pilas’ ajustando sus hábitos de consumo en aquellas franjas del día donde la energía es más barata. El Ministerio de Industria se ha sentido claramente condicionado por la falta de los supuestos contadores inteligentes y ha tenido que allanarse a las condiciones impuestas por las empresas eléctricas otorgando de
plazo hasta finales de 2018 para la plena instalación de los nuevos equipos de medida.
La lectura de los consumos horarios es imposible a día de hoy y lo será también a partir del 1 de julio. De ahí que
Red Eléctrica esté trabajando a instancias del Gobierno en una definición de perfiles de clientes atendiendo a sus consumos históricos con el fin de integrar en una serie de categorías lo más reducida posible a todos aquellos hogares que decidan acogerse al mecanismo de facturación horaria.
Cada cual podrá consumir energía como mejor le convenga, pero eso
no garantiza que el total a pagar responda al particular empeño de ahorro energético, sino más bien al criterio estadístico previamente definido por el operador del sistema. De ahí que el recibo no ofrezca una información detallada de consumos horarios que podría ser utilizada como
argumento de eventuales reclamaciones a las empresas. Se supone que el paso del tiempo irá perfeccionando el sistema, pero la verdad es que, de momento, para este viaje no hacían falta muchas alforjas.