No se trata de que sean los más tontos que gobiernan. Se trata de que gobiernan para mantener el tinglado que hay establecido.
Todas las administraciones, desde los Ayuntamientos hacia arriba, hasta llegar al Estado, están montadas para mantener una estructura de la que vive mucha gente, y muchas empresas. Da igual la eficacia, los gastos que generan o si sirven o no para algo. Están ahí por que de esas administraciones se extrae dinero hacia empresas amigas y por que en ellas es dónde se coloca a las personas afines.
Desde las grandes constructoras hasta pequeños electricistas que trabajan para el ayuntamiento de turno, o desde el hijo del presidente de la Diputación que trabaja en una empresa privada o en un Ayuntamiento amigo, hasta el contratado del Ayuntamiento que le debe el trabajo al partido en el gobierno. Es un sistema que se retroalimenta a sí mismo.
Y para mantener todo esto lo que se ha hecho es un sistema impositivo confiscatorio, en el que ya no existe la propiedad privada, tus tierras no son tuyas, son de la administración que te dice lo que puedes o no plantar en ellas, que para plantar árboles han decidido que para tú tierra es mejor que no plantes eucalipto a pesar de ser la opción más rentable, y que te cobra por el simple hecho de tenerla. Que te dice dónde puedes hacerte una casa y dónde no, y que te dice cómo tienes que hacerla, y que por supuesto te cobra la tasa anual por ella. Otra cosa es que seas Fadesa y te permitan hacer una urbanización de chaletes, en mitad de la nada sobre un puto roquedal, y con unas calidades de pena. Pero claro como tú no eres Fadesa o ACS, pués te jodes y haces lo que te mandan.
Y lo jodido de todos esto es que la gente se cree que vivimos en la arcadia feliz, en el mejor país del mundo, que pagamos impuestos para mantener el maravilloso estado de bienestar, nuestra educación ejemplar, la mejor sanidad del mundo, nuestra famosa red de Ave.