Ruth UgaldeTwitter de Ruth UgaldeRuth UgaldeEnviar correo a Ruth Ugalde
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Del terreno público, hasta el privado. Las ramificaciones del escándalo de las 'tarjetas black' están llegando a todos los rincones y han cobrado una nueva dimensión con la decisión que tomó ayer el juez Fernando Andreu de imputar a 78 consejeros y directivos de Caja Madrid, ahora Bankia, que hicieron uso del polémico plástico.
Tras el terremoto de dimisiones que generó este caso entre partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales e, incluso, la Casa Real, ahora los ojos están puestos en las compañías cotizadas, para las cuales, el hecho de que se haya llegado a la imputación puede llegar a suponer un punto y aparte.
Varias compañías del Ibex 35, como Santander, Telefónica, OHL y Sacyr, a través de su filial Testa, cuentan en sus filas con beneficiarios de las tarjetas black, repartidos desde puestos directivos hasta los propios consejos de administración, lo que hace que cada caso vaya a ser analizado de manera diferente. Pero todas estas empresas cuentan con la presión que supone la creciente importancia que dan los inversores internacionales a los principios de Buen Gobierno, que tienen como una máxima que los primeros espadas de las empresas del parqué deben gozar de un reputado prestigio.
Esta vara de medir las decisiones de inversión, y la imputación por las tarjetas black, llega en un momento especialmente crítico para Sacyr, que última lacolocación de un tercio del capital de su filial patrimonialista Testa (ver cotización). Estanislao Rodríguez-Ponga y Miguel Corsini, que dispusieron de 255.400 y 46.700 euros, respectivamente, son actualmente consejeros independientes de la inmobiliaria, cargo que los proxy advisors, las agencias de rating del Buen Gobierno, miran especialmente con lupa a la hora de recomendar a los grandes inversores qué decisiones tomar, ya que su nombramiento se basa, precisamente, en el prestigio.
Este hecho puede terminar llevando a la compañía, o a los propios afectados, a adoptar algún tipo de decisión con el fin de evitar que el escándalo de lastarjetas black afecte a la colocación. Rodríguez-Ponga se encuentra, además, entre los 27 imputados que han sido ya citados a declarar, mientras que Corsini ha sido uno de los beneficiarios que ha devuelto una parte del dinero.
Javier López Madrid. (EFE)
[/COLOR]Un competidor directo de Sacyr, el grupo
OHL, se encuentra en una situación parecida con la imputación de
Javier López Madrid, consejero dominical de la compañía por su condición de yerno del presidente y máximo accionista de la compañía,
Juan Miguel Villar Mir. Esta condición le lleva a ocupar también un sillón como consejero en varias empresas de la familia, como Fertiberia, Ferroatlántica, Espacio Activos Financieros, OHL Concesiones o el propio hólding Grupo Villar Mir, donde es consejero delegado.
López Madrid también ha sido uno de los pocos consejeros de Bankia que
ha devuelto el dinero que usó con su tarjeta vip y que según las pesquicias judiciales se limita a 34.800 euros, uno de los importes más reducidos entre todos los descubiertos, lo que no ha impedido que figure entre los imputados que ya han sido citados a declarar.
Dentro del Grupo Villar, también figura como consejero
Juan Iranzo, ya que ocupa un sillón como
vocal de Fertiberia, según aparece en la propia
página web de la compañía. El economista, que usó 46.800 euros, sí que presentó su
dimisión como consejero de Red Eléctrica el pasado octubre por el escándalo desatado con las
tarjetas black.
[h=3]EL DIRECTIVO DE SANTANDER QUE GASTÓ MÁS QUE BLESA[/h]Un caso especialmente significativo, al menos por lo que respecta al dinero gastado con las polémicas tarjetas, es
Ricardo Morado Iglesias, ex director de Organización y Sistemas de Caja Madrid, que
gastó 448.300 euros, cifra sólo superada por el hombre que activó estas tarjetas,
Ildefonso Sánchez Barcoj,y superior a la del propio Blesa. Tras salir de la entidad madrileña, con una indemnización que rondó los 1,5 millones de euros,
Morado fichó por Banco Santander como responsable de Riesgo Tecnológico y Operativo, cargo en el que continúa.
Desde la entidad siempre se ha defendido que las actividades presuntamente ilícitas se cometieron cuando Morado estaba en otro banco y, por tanto, no son motivo de despido en la actualidad. No obstante, como Santander tiene un código ético que deben cumplir todos los empleados, la imputación del directivo sí que supone un punto diferencias.
Pinche para ver el listado completo.
[/URL][/COLOR]En concreto, el
Código General de Conducta de la entidad señala que "todo sujeto del código que resulte
imputado, inculpado o acusado en un procedimiento judicial penal
deberá informar, tan pronto sea posible, a la Dirección de Recursos Humanos", lo que deja en manos del banco tomar la decisión que considere más conveniente para los intereses de la entidad.
Hasta que Ana Botín tomó la decisión de
eliminar el consejo asesor internacional, Santander también contaba en sus filas con
Rodrigo Rato, que ya fue imputado por las
tarjetas black el pasado octubre, junto a Blesa y Sánchez Barcoj. Ante la resistencia del ex presidente de Bankia a presentar su renuncia y tener así una salida airosa, la nueva mandataria del primer banco de España encontró en esta vía una solución digna para todas las partes.
En una situación parecida se encuentra Telefónica, que continúa manteniendo a
Rato como consejero asesor de Telefónica Latinoamérica, cargo que también ocupaba en el órgano que tenía la operadora para Europa, pero que ha sido disuelto recientemente. No obstante, cuando el grupo presidido por
César Alierta fichó al ex ministro de Economía, éste ya había sido imputadopor el juez Andreu por el caso Bankia, magistrado que ha vuelto a citarle en esta condición por la pieza separada de las
tarjetas black.
Aunque la relevancia de Rato hizo que se centraran en él todos los ojos cuando se conocieron las tarjetas opacas, los lazos de la operadora con los ahora imputados iban más allá, hasta el
presidente de Telefónica Argentina, Luis Blasco, cuyo gasto con con los polémicos plásticos fue superior al del ex ministro, con 51.600 euros, frentea a los 44.200 euros de Rato.
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