El informe de los peritos del Banco de España sobre el estado y liquidación del Banco Popular tiene exactamente las mismas implicaciones que aquel que en 2014 puso definitivamente en marcha el llamado caso Bankia. Los casi 500 folios de ese documento dan la razón sin fisuras a los afectados que, creyendo en unas cuentas que luego se descubrieron erróneas, invirtieron en el Banco Popular.
Sobre la ampliación de capital de 2016, el informe concluye que las cuentas presentadas por la entidad no reflejaban su imagen fiel porque la ampliación era insuficiente para alcanzar una situación de solvencia al cerrar 2016. Además, los peritos denuncian que algunas de las hipótesis para llegar a las estimaciones contenidas en folleto de la ampliación eran demasiado optimistas y que el propio consejo de administración estaba mal informado sobre la calidad de la cartera, con lo cual mal pudo valorar correctamente la ampliación de capital.
En cuando a las conclusiones del documento sobre la adecuada o inadecuada clasificación de los créditos, los peritos del Banco de España denuncian que esa clasificación no era adecuada y que eso resulta especialmente grave porque, si los créditos dudosos no están adecuadamente declarados, no es posible valorar correctamente la política contable de la entidad y, en consecuencia, las decisiones de inversión se ven afectadas.