Hace unos años, cinco o seis, José R. Iturriaga, de Abante, comentaba en un consultorio de bolsa que Zeltia era NADA, sin más, y que no merecia la pena meter un euro. Yo, y algún otro, le calificamos de demagogo y exagerado. Hoy no me que más remedio que reconocer que tenía razón. Pharmazeltia, a Enero de 2018, sigue siendo una promesa, un proyecto, cada vez más dudoso, y una máquina de gastar dinero, aparentemente en investigación. Quizás estén teniendo mala suerte, que podría ser, pero, desde el punto de vista del inversor, les va a costar mucho convencer a nadie para que les ponga un céntimo más en la mano. Según parece, tiene un banco de moléculas para desarrollo de medicamentos, impresionante, pero su aplicación está dejando de ser prometedora para pasar a ser dudosa. Y eso no llama al dinero.
Yo continuaré, porque no me queda más remedio, pero la ilusión y la esperanza ya la he perdido. Y creo que no soy el único.