Que sea utópico o difícil de conseguir, no significa que siga siendo deseable.
Como decía en un anterior post, la evasión de impuestos no es perseguible de facto si existe un receptor exterior del fraude. Si yo cumplo las normas pero el Gran Capital tiene una puerta de entrada fuera de España (paraíso fiscal o ventaja fiscal), pues se irá sin pestañear. La clave sería homogenizar tal cosa. Que siga siendo una utopía no es óbice que siga deseando también esto.
Si hubiera voluntad de atacar la prescripción por delito fiscal; si la plantilla de investigadores y sancionadores se duplicara y evitara el caos y colapso, pudiera ser que otro gallo cantaría.
Tampoco hay que ir a la escala del Gran Capital.
Me es igualmente "competencia" ese empresario que contrata ilegalmente, no cotiza a la seguridad social, factura en negro el 50%, y cumple la mitad de sus normas. Su cuenta de resultados REAL es infinitamente mejor que la mía, cumpliendo con todo.
Yo exijo que se ataque este agravio, que dista de la operativa de Sicavs o el Gran Capital pero que también genera problemas recaudatorios.
Me cuentan muchas veces que si no se tira de picaresca no se puede tirar adelante. Discrepo si lo que se pretende es hacer uso de escuelas, carreteras y una infinidad de servicios públicos. Si toca jugar al juego del bien público pero que lo pague otro, pues jugamos todos.
Opino que la situación actual es un desastre. "Mi" propuesta podría ser una alternativa. Seguro que hay más.
S2.
Bueno, teniendo en cuenta que considero que la justicia y hacienda son bastante ******. No creo que haya verdadera voluntad de hacer justicia. Lo único que se consigue es que se metan con quien pueden y no con quien deben. Las sanciones por declaraciones fuera de plazo están automatizadas y te cascan una pasta ipso facto. Por el contrario, hay miles de sociedades "durmientes" con testaferros que se constituyen para defraudar con administradores que se repiten. Y a esas, "como no se les puede localizar..........." Ejemplos como estos los hay a patadas.
Por no hablar de las puertas giratorias que tanto le gustan a Revilla. Tanto en justicia como en Hacienda.