si hubo una reunión y algunos nos pegamos una paliza desde las 6 de la mañana hasta las 11 de la noche entre unas cosas y otras, permitirnos que nos tomemos un respiro para comentar cosas. Si hubiese algo urgente se habría dicho rápidamente, pero precisamente lo que esto nos ha demostrado una y mil veces es que aquí las prisas no son buenas.