Qué esperar de los valores suspendidos de cotización.
Los accionistas de Martinsa Fadesa podrán al fin pasar página. La inmobiliaria dejará de cotizar en Bolsa tras entrar en liquidación. Acaba así el limbo en el que vivían los accionistas desde 2008, sin poder vender y teniendo que abonar la comisión de custodia al bróker año tras año. Y es que la compañía se hallaba suspendida (que no excluida) de cotización.
Una situación identica a la de Indo. El fabricante de lentes solicitó este viernes su exclusión de negociación, después de más de cinco años suspendida.
Estos casos no son únicos: diez compañías del Mercado Continuo y otras tres del MAB se encuentran en el mismo limbo bursátil (ver tabla). La única opción de los accionistas de estas empresas es esperar a ver si la compañía sobrevive o entra en liquidación, o bien encontrar un comprador particular para sus títulos (por ejemplo, un familiar) para poder, al menos, aflorar minusvalías.
Sin embargo, hay casos en los que los accionistas podrían ver la luz al final del tunel, ya que algunas compañías han logrado superar su situación concursal y planean solicitar a la CNMV que les permita volver a cotizar en Bolsa.
Esto fue lo que sucedió con Dogi, que estuvo cinco años suspendida de cotización, pero consiguió enderezar sus cuentas con la ayuda del fondo Sherpa Capital y volvió a la Bolsa el pasado año.
Con todo, los accionistas de estas compañías tienen que ser conscientes de que van a sufrir un fuerte efecto dilutivo, debido a las ampliaciones de capital (a menudo sin posibilidad de suscripción preferente) y los canjes de deuda por acciones realizados para recapitalizar la empresa.
Entre los valores con mejores perspectivas figura Pescanova. La compañía pesquera se vio envuelta en un escándalo después de que el equipo gestor fuera acusado de maquillar las cuentas. Dos años más tarde, y tras un proceso de saneamiento en el que la banca acreedora ha tomado su control, pasará a llamarse Nueva Pescanova. Los accionistas de la antigua Pescanova tendrán un 20% de la nueva. El consejo de administración anunció en la última junta que pedirá a la CNMV que levante la suspensión de cotización.
También han superado el bache las inmobiliarias Nyesa y Cleop. Ambas han salido del concurso y esperan registrar beneficio este año, lo que podría precipitar su regreso al parqué.
Lo mismo que Sniace, que superó el proceso concursal el mes pasado. La empresa química planea volver al parqué y posteriormente realizar una ampliación de capital de 15,5 millones para financiar la reapertura de las fábricas.
Service Point es otra de las compañías con buenas perspectivas. La empresa de reprografía también ha esquivado la quiebra tras dar entrada al fondo Paragon como accionista de referencia.
Las que siguen siendo una incógnita son Reyal Urbis y Vértice 360, que aún no han salido de su situación concursal. En cambio, La Seda de Barcelona probablemente siga el ejemplo de Martinsa e Indo, ya que también se halla en fase de liquidación.
[h=2]Gowex, en concurso[/h]Gowex, que llegó a rozar los 2.000 millones en Bolsa, fue suspendida de cotización en 2014, después de que su presidente confesase que las cuentas eran fraudulentas. La semana pasada inició una nueva etapa solicitando el concurso de acreedores, lo que podría facilitar la entrada de un socio inversor y, eventualmente, su regreso al MAB.
Mención aparte merecen las cuotas participativas de la CAM. La Fundación CAM, que gestiona la Obra Social de la extinta caja de ahorros, decidió amortizar las cuotas en marzo del año pasado, con lo que su valor pasó a ser cero. No obstante, no llegó a solicitar su exclusión de cotización.
"La Fundación CAM defiende que en realidad la responsabilidad de las cuotas es de Sabadell (que adquirió el negocio financiero de CAM en 2012). Esto explicaría que no haya realizado las gestiones para excluirlas de Bolsa", aclara Luis Galindo, de Arriaga Asociados.