Crisis en Ucrania: desplome bursátil en Moscú, subida de tipos y alzas en petróleo y gas.
La amenaza de un enfrentamiento militar en Ucrania ha pasado como un tornado por los mercados financieros internacionales, y muy especialmente por los de Rusia. La Bolsa de Moscú caía más de un 7% en la sesión de hoy, llegando a caer más del 9%, su mayor desplome en cinco años. En una reunión de emergencia el Banco Central se ha visto obligado a subir los tipos de interés del 5,5% al 7%.
El probable impacto sobre el rublo (de momento, esta mañana caída un 1,4% contra el dólar) tras la decisión de Vladimir Putin de intervenir militarmente en Crimea justifica el movimiento preventivo del Banco Central. Pero difícilmente evitará las consecuencias de una crisis demasiado cercana y estruendosa como para olvidar. Los movimientos de tropas y la toma de control, de hecho, de la península han sido calificados de invasión por Kiev y criticados con dureza por la comunidad internacional, que amenaza con sanciones a unos de los países que aún sigue siendo parte de los BRIC, tan queridos por los inversores.
Los expertos prevén una fuga de capitales si la crisis no se reconduce por vías diplomáticas. “Rusia es la parte más vulnerable, obviamente dejando aparte a Ucrania”, explicaba a Bloomberg un analista. El rublo cae un 8,4% contra el dólar este año, la mayor caída entre las grandes divisas después del peso argentino. La grivna ucraniana perdió más de una quinta parte de su valor contra el dólar en menos de un mes.
Los efectos, no obstante, no se limitan a estos dos países. Divisas como la lira turca, el zloty polaco o el forinto húngaro caían esta mañana, y los mercados emergentes, ya bajo la lupa de los inversores desde principios de año, arrancaban la sesión con mal pie.
El efecto tampoco es desdeñable en los mercados de materias primas: el trigo sube el 4,5% y el maíz está en máximos de cinco meses. Pero impacto también llega a través de los precios energéticos. El petróleo sube más del 2% esta mañana, hasta 111 dólares el barril Brent, y el gas natural repunta casi un 3%. Según los expertos, no hay riesgo de escasez: la dependencia europea del gas ruso (que mayoritariamente atraviesa Ucrania) es menor que en otras ocasiones gracias a los nuevos almacenamientos, y el mercado del petróleo puede compensar un menor flujo de producción en Rusia (que parcialmente exporta desde las terminales del Mar Negro). Además, Moscú vive de estos ingresos. Pero la inestabilidad en los precios está prácticamente garantizada