Reconozco que me gusta el vino. Hace muchos años que no me emborracho, pero me gusta dar cuenta de una botella, o las que se tercien, por una charla con amigos. De hecho, reconozco que le debo una caja a Yorss, pero como no da señales de vida, no se donde enviarla.
Eso me ha llevado a probarlos (vinos, no amigos) buenos y malos. Y presumo de haber descubierto buenas cosas. Esas buenas cosas, con el tiempo, han tenido reconocimiento público y, casi de modo general, se han asentado en el mercado y han optado por por dos alternativas: Subir los precios, los unos, o por generar nuevas marcas/etiquetas o vendimias seleccionadas, los otros.
Los que han subido el precio, pues sabíamos a qué atenernos, comprar o no comprar, según lo que nos pareciese mejor. Los otros, han ido generando "vendimias seleccionadas" que, igualmente, vendían a un precio más elevado, doble o triple del inicial, pero esa generación no consistía en otra cosa que, efectivamente, separar las mejores uvas y, con ello, elaborar un vino mejor y que se cobraba más caro; Pero el vino de siempre empezaba a flojear porque le habían quitado los mejores componentes.
Pues eso, con perdón y con todo el respeto que le tengo a este foro y a sus promotores, es lo que creo está pasando aquí. Si me equivoco me corrijan, por favor.