Es que dicho así, es como aquel que quiere escoger una mascota para pasar el verano.
Vamos, no me imagino a Quabit ronroneandome al oído como un gatito.
También hay masocas que les da por ir a quemarse las espaldas en la playa, rodeados de otros 400.000 iguales.
En fin, de todo tiene que haber en la viña del señor.