Muy fácil.
Por misterios de la ciencia los bancos tienen un porrón de pérdidas (la verdad es que uno no se explica como al final dan beneficios).
Pues bien, las normas contables no permiten contabilizar un crédito fiscal por esas pérdidas si no es seguro que a futuro las puedas compensar con beneficios futuros.
Por ejemplo. Pierden 100 euros y se contabilizan 30 euros de ingreso con cargo a una cuenta de activo (crédito fiscal).
El problema está en que nadie se cree que vayan a ganar dinero suficiente para poder utilizar esos créditos fiscales. Aho es donde aparece el gobierno y avala con un par, por el puto morro, algo así como 50.000 millones de créditos fiscales. ¿O eran sólo 30.000? bueno, ¡que más dará!
Para más tocada de huevos coge el Calvo y nos dice que a la banca no le baja el tipo impositivo. Hace falta ser caradura: lo que está haciendo es no rebajar el aval que hemos otorgado los españoles por ese crédito fiscal. Si el tipo impositivo pasa de 25 a 30 por ciento, tenemos que la banca debería registrar como gasto 50.000 x 5 / 30 millones de euros. Unos 8 mil millones de euros. Si son 30.000 los créditos 30.000 x 5 / 30 = 5.000 millones. Estas cantidades serían menos avales a otorgar por los españoles.
La última derivada, ¿qué desvergüenza son capaces de hacer todavía Montoro y cia? Pues ya puestos, emitir deuda española y dársela a la banca para que aunque no gane pasta pueda recuperar los créditos fiscales. A medida que ha pasado el tiempo pienso ¡no serán capaces! ¡Alguien les pasará a cuchillo! Pero no pasa nada.