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Parece que silenciosamente y con el paso de los años vamos pasando de las entidades financieras demasiado grandes para no ser rescatadas a una nueva dimensión. El de los bancos que por su tamaño van a ser imposibles de rescatar. En el cuadro os dejamos la exposición actual al mercado de derivados de
Deutsche Bank. Total
€54,7 billones de euros. Cinco veces más que el PIB de toda la Unión Europea, veinte veces más que el PIB de Alemania y una cifra que equivale al PIB de todos los países del mundo juntos. Todo concentrado en las manos de un sólo banco.
Se que me diréis que esos
€54,7 billones es una exposición bruta están perfectamente “acotados” con fantásticos y sofisticados modelos de riesgo y un largo etc. Pero que os puedo decir. Cerca de 45 billones en coberturas de tipos de interés, €6 billones en coberturas de divisas, 2 billones en coberturas de renta variable y 326 mil millones en coberturas de commodities me siguen pareciendo una cifra monstruosa para cubrir los riesgos de negocio que pueda tener el Deutsche Bank en su balance. Más que nada porque su exposición al mercados de derivados es de
33 veces el importe de su activo y
más de 1.000 veces el valor de sus fondos propios.
No hace falta que os explique que pasa si alguno de esos maravillosos modelos de riesgo que justifican que puedas tener una exposición gigantesca al mercado de derivados falla en sus cálculos o aparece un Cisne Negro y hace que muchas contrapartes se vuelvan insolventes. Sino que se lo pregunten a los de AIG o Lehman. Es imposible que nadie con €54 billones en posiciones de derivados sepa realmente que riesgos está asumiendo.
¿Quizás deberíamos empezar a preguntarnos es cómo hemos permitido que las cosas lleguen hasta este punto? ¿Cómo hemos permitido que una sola entidad financiera (y no es sólo una) pueda tener una exposición al mercado de derivados equivalente al PIB de todo el mundo?