La tasa aprobada hoy por el Eurogrupo gravará todas las operaciones de compra-venta de acciones en 11 países, incluido España. Y según el ministro de Economía, Luis de Guindos, “podría estar aplicable en un plazo de seis meses”. Según los cálculos iniciales de la Comisión, el impuesto recaudaría unos 35.000 millones de euros, aunque el acuerdo de hoy es más limitado que la propuesta original, por lo que los ingresos no serán al comienzo tan elevados.
El acuerdo supone un hito histórico en la política de fiscalidad europea, al tratarse tanto de un impuesto armonizado como de un recargo fiscal sobre el sector financiero, un mercado que, según los cálculos de la Comisión Europea, se beneficia desde hace décadas de una imposición muy inferior a la que le correspondería el volumen de su actividad. El ahorro para el sector por esa baja imposición asciende a 18.000 millones de euros, según la CE.
“Empezaremos gravando las operaciones con acciones y en función del resultado veremos si se amplía”, ha señalado De Guindos al término de la reunión informal de ministros de Economía de la UE (Ecofin) celebrada en Bruselas. El gravamen, según la propuesta de la CE, sería del 0,1%. Es decir, por una compra-venta de acciones de 10.000 euros se abonarían 10 euros, si se confirma ese gravamen.
Fuentes de Economía descartan que el nuevo impuesto pueda provocar un riesgo de deslocalización del sector financiero, dado que se aplicará de manera simultánea en los principales mercados de la zona euro, como Alemania, Francia, Italia y España.